miércoles, 29 de febrero de 2012

Vive en armonía con tigo mismo

Nada de lo que hacemos agradará a los que no valoran la vida, la fe y la esperanza.

Mas eso no debe tener importancia para ti, tú debes ser mejor cada día, nunca lograrás complacer a todos, eres una persona única y no hay otra que haga o piense como tú.

Seguramente muchas veces tratarás de hacer buenas cosas y no lo logras, no dejes que ello te quite las ganas de seguir con buenas intenciones...
quizás algún día los seres humanos logremos vivir en armonía y en paz con todos.

-Debemos pensar que si hacemos mal recibiremos lo mismo,
el odio crea más odio y el amor mucho más amor-

Vive en armonía contigo mismo. Se feliz y deja que el mundo lo sea, perdona a todos y ama a los que están a tu lado. Es lo mejor que podemos hacer cada día que pasa.

Todo cuanto ahoga hagamos por los demás,
algún día llegará a ser nuestro legado.
 

Intentamos que todos y cada persona que componen nuestro mundo sean buenas personas, ya con eso debemos darnos por pagados.


 

La vida ya es demasiado complicada
como para que nosotros lo hagamos peor,
mejor vivamos libres y en armonía.

 

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El Placer de servir

Toda naturaleza es un anhelo de servicio.
Sirve la nube, sirve el viento, sirve el surco.
Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú;
Donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú;
Donde haya un esfuerzo que todos esquivan, acéptalo tú.
Sé el que aparta la piedra del camino, el odio entre los
corazones y las dificultades del problema.

Hay una alegría del ser sano y la de ser justo, pero hay,
sobre todo, la hermosa, la inmensa alegría de servir.
Qué triste sería el mundo si todo estuviera hecho,
si no hubiera un rosal que plantar, una empresa que emprender.

Que no te llamen solamente los trabajos fáciles
¡Es tan bello hacer lo que otros esquivan!
Pero no caigas en el error de que sólo se hace mérito
con los grandes trabajos; hay pequeños servicios
que son buenos servicios: ordenar una mesa, ordenar
unos libros, peinar una niña.
Aquel que critica, éste es el que destruye, tu sé el que sirve.
El servir no es faena de seres inferiores.
Dios que da el fruto y la luz, sirve. Pudiera
llamarse así: "El que Sirve".

Y tiene sus ojos fijos en nuestras manos y nos
pregunta cada día: ¿Serviste hoy? ¿A quién?
¿Al árbol, a tu amigo, a tu madre?